La semana pasada se celebraron unas jornadas sefardíes en Toledo (como creo que otras ciudades).
Aquí tuvimos la oportunidad de asistir a un curso, a varios conciertos, a la presentación de un video sobre el Toledo judío y de una guía sobre ciudades españolas con restos judíos y visitas guiadas por la ciudad, a pie y en el "trenecito"; y una jornada de puertas abiertas de las sinagogas del tránsito y santa maría la blanca.
Del curso, no puedo hablar, porque no asistí.
De la presentación del video, bueno, pues estaba bien; era en el Museo Victorio Macho (única zona en torno a la judería con un mini-auditorio para ver el video, supongo). Imágenes bonitas, que creo que eran lo que buscaban. No se sabe muy bien la finalidad de dicho video.
En cuanto a la presentación de la guía de ciudades españolas con restos sefardíes, se hizo en la sinagoga del tránsito. La primera crítica es que no había suficientes sillas. Después, la gente que estaba de pie (mucha de la organización), estorbaba la visión de los que estaban sentados, pudiendo provocar algún inconveniente. Después de la presentación de la guía, el acto se complementaba con una mini-actuación de Ana Alcaide, una intérprete de viola de teclas, que reside en Toledo.
Lo que es la presentación fue un poco soporífera, ya que excepto algunas anécdotas del autor principal, tanto la parte política, como museística, no aportaron gran cosa. Del concierto, decir, que si la gente hubiese estado bien puesta, dejando que la visión fuese mejor, pues hubiese sido fantástico.
La visita guiada por la ciudad, por la parte de la judería, la verdad, tuvo pocos atractivos, salvo que fue por zonas poco turísticas, que se separaban de los itinerarios habituales, con lo que pudimos disfrutar de obras varias, basuras varias, y algunas cosas que uno no esperaba en estos tipos de actos. No se si fue porque en nuestro grupo había bastantes residentes de Toledo, y la guía decidió que tenía poco con lo que sorprendernos.
La sorpresa fue que la anunciada jornada de puertas abiertas (domingo 7 de septiembre) no se cumplió en la sinagoga de santa maría la blanca, por la tarde, con lo que la gente agarró unos cabreos considerables.
De la visita por la judería por el trenecito tampoco puedo opinar, porque no me apunté.
Por último, el acto que cerraba las jornadas: concierto de Eduardo Paniagua, con un grupo de músicos Klezmer. El concierto duró una hora exacta, con música muy variada y entretenida, que en el marco incomparable de la plaza del ayuntamiento, pues la verdad es que tenía todos los puntos a su favor, para que fuese encantador. Como siempre faltaron sillas, y desgraciadamente no hubo bises de los que actuaban, aunque también es cierto, que el público no puso empeño enaplaudir mucho para conseguirlos.
En fin, que para edidiones futuras, habría que perfilar algunos flequillos, que en esta crónica a posteriori han quedado patentes.
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