El Gobierno aprueba al «antitrasvasista» Barreda la «tubería» Tajo-Guadiana
Cuando el debate sobre la inclusión de una cláusula de caducidad del trasvase Tajo-Segura se halla más vivo que nunca, el Consejo de Ministros aprobó ayer la puesta en marcha de otro trasvase que tomará el agua desde la cabecera de esta infraestructura, en Cuenca, y la irá repartiendo por toda la Mancha hasta Puertollano (Ciudad Real). La transferencia, conocida como «tubería manchega», cuenta con un presupuesto de 200 millones, y cuenta con el beneplácito -no en vano, son las impulsoras de la obra- de dos de las administraciones públicas más beligerantes con el trasvasismo en España: el Gobierno central y la Junta de Castilla-La Mancha.
Con la aprobación de la inversión, además, el Ejecutivo socialista evidencia una doble vara de medir. Mientras que la Junta amenaza con poner fin al Tajo-Segura en 2015 y el Gobierno central avisa que los trasvases al Segura irán reduciéndose con el tiempo -aunque ayer, coincidiendo con la del nuevo trasvase manchego, se aprobaron 24,5 hectómetros cúbicos para abastecimiento a poblaciones y 20 hectómetros cúbicos para el riego-, el Consejo de Ministros dio vía libre a una nueva transferencia, que se nutre de esta conducción.
El secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, aclaró el pasado jueves esta contradicción: «La tubería manchega supone el fin del Tajo-Segura como se concibió, llevándose el agua sin dejársela a los castellanomanchegos». Es decir, que se dirija a la Mancha en detrimento de Murcia y Alicante.
Puesto en marcha por Narbona
El proyecto se remonta al Gobierno de Felipe González. El plan permaneció congelado hasta que en 2005, la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, opositora acérrima de los trasvases entre cuencas hidrográficas, firmó con el presidente castellanomanchego, José María Barreda, el comienzo de las primeras obras -la canalización principal ya está, en parte, en marcha-. Y es que el Plan AGUA, que no incluyó el Trasvase del Ebro, recogía esta conducción. Pese a que parte de los recursos se utilizarán para recargar las zonas húmedas del Guadiana, lo que supone una intercambio entre cuencas, Narbona dio el plácet a la obra.
Otra faceta del proyecto aprobado radica en el ofrecimiento del Gobierno de Extremadura de un trasvase desde el Tajo medio al Tajo-Segura para satisfacer las necesidades hídricas de Murcia y Alicante. Se daría la paradoja que la conducción atravesaría toda la Mancha «regada» por la «tubería manchega». La razón por la que el Gobierno castellanomanchego no se plantea tomar los recursos hídricos por esta toma se hallaría en la calidad de sus aguas: en la cabecera del Tajo es notablemente mejor que en su curso medio -la que se ofrece a la Comunidad-, que ya ha recogido las aguas residuales de Madrid y su área metropolitana.
Barreda, que también anticipó el acuerdo el jueves, se mostraba satisfecho porque este nuevo trasvase dotará de agua de calidad a núcleos importantes de población, evitando, así, la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Calificaba de noticia muy importante para la región conseguir que también ella se beneficie de las posibilidades del Tajo-Segura.
«Doble moral»
Los populares de la región también ven con buenos ojos el nuevo proyecto, pero con matices. El diputado regional Leandro Esteban adelantaba que es «una buena noticia» y una «vieja necesidad» para la región, aunque, añadía el diputado popular, «llega tarde».
Sin embargo, organizaciones ecologistas de Castilla-La Mancha llevan criticando durante los últimos años de la «doble moral» del Gobierno de Barreda cuando critica el Tajo-Segura y, a la vez, defiende un trasvase a la Mancha.
La reacción del Gobierno murciano tampoco se ha hecho esperar. Ayer, en un comunicado, la portavoz del Ejecutivo regional, María Pedro Reverte, subrayó que la Región de Murcia «no se opone a ningún trasvase», pero advertía que Castilla-La Mancha «no debe confundir cuenca con Comunidad Autónoma». Así, califica de «ridículos complejos del PSOE» denominar «tubería» al trasvase de agua entre las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana.
La portavoz del Ejecutivo murciano denuncia que «el trasvase Tajo-Guadiana demuestra que para Zapatero «en España hay agua según a quién se destine». Reverte insiste en que el Gobierno castellano manchego «no debe confundir intencionadamente el concepto de cuenca con el de Comunidad Autónoma», y aclara que «la prioridad de la cuenca cedente es eso, de la cuenca cedente, no de la Comunidad de Castilla-La Mancha».
María Pedro Reverte recordó que el trasvase para la cuenca del Guadiana tiene su toma en la parte alta del Acueducto Tajo-Segura, «por lo que detrae recursos de la misma zona», los pantanos de Entrepeñas y Buendía, de los que, según el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, «no se puede sacar más agua».
Sobre las declaraciones de Barreda, quien aseguró haber recibido una llamada de la ministra para anunciarle esta inversión, señala: «Ya nos gustaría a nosotros que alguien del Ejecutivo socialista nos llamara para garantizarnos la continuidad del Tajo-Segura, aunque ya sabemos que Zapatero trata a las comunidades en función de sus intereses de partido».
Proposición de ley murciana
En cualquier caso, la nueva infraestructura abre otro frente en la disputa sobre el fin del Tajo-Segura. En este punto cabe recordar que en Murcia PP y PSOE pactaron en octubre pasado una proposición de ley, respecto a la que el diputado regional del PP Juan Carlos Ruiz afirmaba que una de las cosas que pretendía era, «en primer lugar, quitar del Plan Hidrológico Nacional una enmienda un poco extraña que metieron en la pasada legislatura y que venía a decir algo así como que en la presente legislatura (por la pasada) no se tocaría el trasvase Tajo-Segura. Cosa que no se cumplió, porque efectivamente sí se tocó, ya que se cambió el ámbito al que se podía mandar agua, que antes era sólo a la cuenca del Tajo y se cambió por el ámbito de toda Castilla-La Mancha. Con lo que sí se puede llevar agua al Guadiana. Eso hay que quitarlo, porque, además, ya está pasado, puesto que se refería a la legislatura anterior».
Como se ha podido comprobar ahora con el invento de la nueva «tubería» al Guadiana , parece que sigue vigente. y pesando como una losa sobre esa proposición de ley murciana en defensa de la legalidad del Tajo-Segura.